Sensaciones de otoño

Son las 6:10 de la mañana. Suena el despertador. – ¡Uffff! – Me doy media vuelta y pienso “un poquito más por favor!”. Esta es la experiencia religiosa diaria, intentamos alargar el placer de la fusión entre nuestro cuerpo y las sábanas, pero vuelvo a abrir los ojos… –¡Oh Dios mío, me estoy pasando, voy a llegar tarde al trabajo y esto no me lo puedo permitir!- Pantalones, zapatos, el jersey que me preparé ayer noche para poder disfrutar unos segundos más de sueño, una pasada rápida del peine y…¡ah! no puedo olvidar del cepillo de dientes irculando por la boca en forma cilíndrica cómo si se tratara de un tsunami.
Salgo de casa bajando de tres en tres los peldaños de la escalera para intentar ahorrarme unos segundos de mi desplazamiento. No me puedo sacar de la cabeza aquel semáforo de la esquina que tarda muchísimo en ponerse verde. Aprovecharé para ponerme rímel.
El coche tambalea, parece que esté un poco dormido también…pero no estoy muy lejos del trabajo, esto ya está superado. A los pocos minutos entro en el aparcamiento, miro el reloj – ¡Qué felicidad, me quedan diez minutos para empezar mi actividad profesional!- Es justo aquel tiempo para disfrutar saludando a los compañeros delante de la máquina de café.

No hay nada mejor para empezar el día: seleccionar un cortado, un café con leche caliente o un chocolate humeante, que impregnará mi cuerpo de sensaciones agradables reconfortantes y necesarias.

Confío en el servicio de vending de la empresa, él me facilita compartir un enriquecedor café, disfrutar de un río de calor que recorre el interior de mi ser y aquellos tres minutos indescriptibles para hacer la pereza…

Me gusta compartir este momento y Marvi 93 te lo permite!

Marina Díaz
Marvi 93
Cervelló, 18 de octubre de 2016

0

Introduce tu búsqueda