Qué lejos queda, ¡hace una eternidad! El ruido de las olas del mar chocando contra las piedras de aquel acantilado, el placer de sorber las tres bolas de helado, las cabezadas después de comer y las veladas con amigos…. Todo ello sin prisas, sin móvil y sin estrés. Ha estado apasionando mirando el horizonte y descubriendo los secretos de día tras día.
La verdad, sólo hace dos días que he vuelto pero parece una eternidad. Debe de ser el ¡síndrome pos vacaciones tan nombrado! Mañana empiezo al trabajo. Los niños ya los tengo en marcha, ¡vuelven a la escuela!
Que pereza prepararme la comida… ¡Estoy descolocado! Afortunadamente en el trabajo tenemos un servicio de vending integral y podré coger de la máquina de snacks una ensalada y un bocadillo… o quizás cojo unas croquetas o una ración de tortilla de patatas (un poco ligero).
Me ha enterado que muy pronto nos traerán menús fantásticos a precios sensacionales… Esto será un descanso que ¡me traerá de nuevo a las vacaciones pasadas!
¡Uf!, ¡Así sí que es un lujo volver!
Marina Díaz
Marvi 93
Cervelló, 18 de septiembre de 2017
